viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Qué es el sentido común?

Es la comprensión instantánea de lo que corresponde o no, está bien o no, u hecho o circunstancia.
Es lo que lleva a hacer una opción acertada sobre aspectos o cuestiones más dispares, que hacen a la realidad cotidiana, auqui no se tenga experiencia que sirva como referente.
Algunas condiciones necesarias:
· Ser práctico. Tiene que ver con la simpleza y pureza de corazón.
· Determinado nivel de salud emocional.
· Honestidad intelectual.
· Vivir en la verdad.
· Moral sana.
· Poseer sentido ético.
· Considerar al amor como un valor.
· Tener buen gusto.
· Sentido de lo estético

Pese a que esta descripción es muy general y que una gran mayoría de personas pueda estar comprendida en ellas, en realidad es una minoría la que lo logra, pero en ello inciden otros factores, a los que llamo imponderables:
-Espíritu orgulloso, originado por heridas emocionales, que hicieron cerrar el corazón para comprender la realidad.  Tienen una mirada subjetiva de los hechos.
-Espíritu humilde, por el contrario, permite abrirse para analizar y comprender más allá de cualquier realidad.
-Intervención del Espíritu Santo que mimetizado en el corazón humano y en toda su realidad, actúa constantemente sin hacerse notar, ni reconocer y a pesar de toda oposición.
La persona es una integridad y unidad, y cuando actúa lo hace de acuerdo a su pensamiento y sentimiento.  Por este motivo las heridas emocionales producen una estructuración, una rigidez mental, que es propio del que está en una disposición defensiva, contra un posible ataque.
De esta manera el corazón está cerrado por el dolor rumiando sentimientos negativos, que lo predispone a la incomprensión:  Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán.  Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tiene tapados sus oídos, y ha cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan y su corazón no comprenda.  Mt 13.14-15
La ausencia del sentido común da lugar a toda clase de disparates.  No nos debemos sorprender que muchas personas hagan y digan cosas que nos dejan perplejos, porque al no comprender la realidad, están desubicadas en tiempo y espacio.  Viven en un mundo de fantasía, que está en su imaginación.
Esto nos permite comprender a la persona para evitar un juicio crítico, y con misericordia poder justificarla en el amor:  Si es posible no tengan relaciones, salgan de en medio de esa gente y pónganse aparte, dice el Señor.  Porque, ¿qué tienen en común la justicia con la iniquidad, o la luz con las tinieblas?  2Cor 6.14,17
Si no es posible tomar distancia de “esa gente”, lo es, protegernos por medio de una oración, como por ejemplo:  Al entrar en una casa, digan primero:  Que descienda la paz sobre esta casa.  Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes (Lc 10.5-6).  Esto también es por sentido común.
A toda persona se le presentan distintas situaciones en las que muestran si posee sentido común o no, pero si este sentido no tiene relación con las personas, o si los demás tampoco lo poseen, pasa desapercibido, porque no se ha manifestado.
En la cultura de los antivalores con los que se vive hoy, cada vez es más escaso poseer este sentido.  Para poseerlo se requiere la disposición para aprender a partir de experiencias y errores, a los que complementa la gracia de Dios que siempre está disponible para apoyar toda obra e intención buena.
Por medio de la humildad, facilitamos a la voluntad, para que esta no se oponga a las sugerencias del Espíritu Santo.  Constantemente, inconscientemente asumimos a estas como propias, sin darnos cuenta de ello, e ignorando que todas nuestras buenas intenciones son mociones e inspiraciones del Espíritu Santo.
Moción:  es el movimiento interior por el cual el Espíritu Santo “sugiere” tomar una decisión. Aunque no se haga notar, su acción es constante.
Inspiración:  es el “estímulo” espontáneo del Espíritu Santo, para realizar una acción específica.  También se aplica al plano intelectual y espiritual, para pensamientos puntuales.
Lo único que es de nuestra propiedad es la libertad para oponernos, y de hecho lo hacemos la mayoría de las veces, constantemente, y así nos va.
Proporcionalmente a esta docilidad espiritual, será el crecimiento y desarrollo de este don.  En este proceso no es indispensable, ni una garantía ser religioso, lo fundamental es ser honesto con lo que uno siente, pero lo favorece porque brinda mayor facilidad en su desarrollo y crecimiento.       
En definitiva el que tiene sentido común, es aquel que sin saberlo, es dócil al Espíritu Santo, que  hace comprender “toda” la realidad, aún como don natural, porque:  Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre.  Sant 1.17
Esta es precisamente una de las misiones del Espíritu Santo, por lo cual este “pequeño detalle” es el mayor imponderable, sujeto a al libertad y docilidad del corazón humano, que desde la humildad=verdad, busca a Dios desde lo profundo del corazón, aún sin saberlo.
Jesús nos dice:  Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida.  Jn 8.12
La expresión “luz de la Vida” es una síntesis  de la comprensión de “toda” la realidad humana y espiritual.
En definitiva, el sentido común es la capacidad y disponibilidad a escuchar a las mociones que el Espíritu Santo pone en el corazón del hombre, para servicio de la Iglesia y testimonio de Cristo.
Al estar mimetizado y unificado al corazón del hombre posee los mismos sentimientos de Cristo (Flp 2.20), y aunque no sea consciente de ello, lo ejercita  con tanta naturalidad, hasta el punto de creerlo como un mérito propio.  

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