viernes, 30 de diciembre de 2011

La pérdida de la fe es un signo apocalíptico

Lo dice Pablo: antes tiene que venir la apostasía (2Tes 2.3), también lo predijo la Santísima Virgen en Fátima, y hoy lo repite a través de su mensaje del 13-03-90 al Padre Esteban Gobbi: 
Os he predicho en Fátima que llegaría un tiempo en el cual la verdadera fe se perdería.  Las causas son:
 1. La difusión de los errores que son propagados, enseñados a menudo por los profesores de teología en los seminarios y en las escuelas católicas; de este modo adquieren un cierto carácter de autenticidad y de legitimidad.
2. La rebelión abierta y pública contra el Magisterio auténtico de la Iglesia, sobre todo, el Magisterio del Papa, que ha recibido de Cristo la misión de preservar a toda la Iglesia en la verdad de la fe católica.
3. El mal ejemplo dado por aquellos Pastores que han dejado que el espíritu del mundo se apodere completamente de ellos y se han convertido en propagadores de ideologías políticas y sociales, en vez de anunciadores de Cristo y de su Evangelio, olvidando así el mandato recibido de Él:  Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura.
De este modo, en estos días, se extiende cada vez más la apostasía por parte de tantos pobres hijos míos.  Pág. 849/ 50 del libro:  A los Sacerdotes Hijos Predilectos de la Santísima Virgen, 3ª Edic. Latinoamericana (1995).
El poder del demonio sobre los espíritus hoy es mas evidente, porque no solo se manifiesta con un incremento de la violencia a límites nunca vistos, sino fundamentalmente, por un incremento del orgullo al límite de lo grotesco e irracional, en todos los ámbitos de la sociedad y la cubre como una oscuridad que enceguece a la razón:  Tienen la mente enceguecida.  Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen.  Mc 8.17-18
Esto sucede porque estamos en la etapa final, donde el adversario despliega todo el poder en su lucha contra los hijos de la luz.
Por otra parte en el plano de la fe, se produce un vacío por falta de fe en el clero, debido a los errores teológicos en la formación de los futuros sacerdotes.
Esto es ocasión para que se genere una rebelión contra el Magisterio de la Iglesia y del Papa (2), que se manifiesta en la omisión teológica de Dios Espíritu Santo, en los sermones, toda la liturgia, retiros y en toda la vida pastoral de la Iglesia.
Como el Espíritu Santo es el agente principal de la evangelización, su ausencia es ocupada por el espíritu del hombre, transformándose en un proyecto humano, racionalista y aquí de hecho se cae en el pelagianismo*.
*Secta del hereje Pelagio (Siglo V):   Aseguraba bastar la naturaleza del hombre, para guardar todos los mandamientos, practicar todas las obras virtuosas y alcanzar la vida eterna, descartando la gracia santificante.
Por este motivo la mayoría de los sacerdotes se convierten, en el mejor de los casos, por debilidad, en pastores asalariados:  El buen Pastor da su vida por las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa.  Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.  Jn 10.11-13
Esto genera y favorece la pérdida de la fe que se manifiesta en distintas perversiones:  espíritu de dominio, autoritarismo, egocentrismo, egolatría, soberbia, etc.
Una de las más evidentes son las perversiones sexuales, porque la falta de una vida de fe con el auxilio de la gracia, el celibato y la soledad se convierten en un peso, en una carga imposible de sobrellevar.
Una manifestación de su falta de fe, es la falta de disponibilidad para brindar una ayuda pastoral al necesitado, desde los sacramentos Confesión, Unción de los Enfermos, hasta de un simple consejo oportuno.  Y peor aún, se multiplican los casos donde ya no hay sacerdotes que briden el auxilio del Viático.
Otros trabajan para si mismos:  Ustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana, sacrifican a las ovejas más gordas, y no apacientan el rebaño.  No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida.    Ez 34.3-4
Tienen horarios y vacaciones como profesionales, secretaria que dan turnos, sin considerar que las necesidades no esperan, esterilizando de esta forma toda ayuda o auxilio oportuno.
A la persona que es dócil al Espíritu Santo, la orienta a un sacerdote que la apoye pastoralmente en su crecimiento espiritual.
Muchos son los que se van a la iglesia protestante y la gran mayoría abandona las prácticas de la fe.
Hay sacerdotes a los que siguen multitudes y llenan estadios de futbol reeditando las epopeyas evangelizadoras de Jesús, confirmándolos con signos, milagros y prodigios,
Otros van quedando con los templos cada vez más vacios y culpan a sus fieles, pero ellos ponen en evidencia la falta de fe que estos sacerdotes no quieren reconocer.
Según la revista católica AICA, los obispos dicen que cada 30 minutos hay 200 católicos, que se pasan a las sectas.

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