viernes, 30 de diciembre de 2011

Carta a mi hermano en Cristo del culto evangélico

Carta a mi hermano en Cristo del culto evangélico:
Cristo me lleva a vivir en la verdad y a ver todo lo bueno que hay en cada cosa y persona.
En este sentido, veo todo lo bueno que Dios ha hecho y hace a través de las Iglesias Protestantes y mis hermanos evangélicos.
Esto no va en desmedro de mis fuertes convicciones en la fe católica, pero si me hace abierto a distintas interpretaciones de las mismas verdades, con otras miradas que si están dirigidas a la verdad, no son contrapuestas, sino complementarias, como los gajos de una naranja.
Cristo al definirse como La Verdad (Jn 14.6), todos los cristianos poseemos “su” verdad por participación, y está en el corazón del prójimo, donde él se encuentra representado:  Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mi mismo lo hicieron.  Mt 25.40
Esto permite salir de la visión subjetiva motivada por el orgullo, que a través del racionalismo sofoca al Espíritu Santo.  Al poner el corazón propio en el prójimo, la gracia de Dios a través del Espíritu Santo ilumina la inteligencia y el espíritu, para lograr la visión objetiva de la verdad.
Esta verdad no se puede acomodar o condicionar a intereses, o cualquier intención por mas loable que sea, sino que debe interpretársela en docilidad al Espíritu de Dios.
Hoy a tan “poco tiempo” de la definitiva unión de “toda” la Iglesia de Cristo, no debemos tomar una actitud contestataria a la verdad manifestada por la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras.
A continuación menciono algunos textos sobre los cuales expresaré mi interpretación, esperando su opinión al respecto:
Todavía estaba Jesús hablando a la gente, cuando acudieron su madre y sus hermanos, que deseaban hablar con él.  Mt 12.46
En griego, como en castellano, la palabra hermanos se refiere en primer lugar a personas que son hijas de los mismos padres; sin embargo, en las lenguas bíblicas (hebreo, arameo y griego), esta palabra puede referirse en algunas ocasiones a personas unidas por otros grados de parentesco (Cf. Mt 13.55-56; Mc 3.31-32; 6.3; Lc 8.19-20; Jn 2.12; 7.3, 5; Hch 1.14; 1Cor 9.5).  (nota al pié de página).
María preguntó al ángel:  ¿Cómo podrá suceder esto, si yo no vivo con ningún hombre?  El ángel le contestó:  El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti.  Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.  Lc 1.34-35
No vivo con:  lit. no conozco. En las lenguas bíblicas, conocer significa un total conocimiento íntimo, que en este caso también incluye tener relaciones sexuales (así aparece en el original de Gn 4.1; 19.8; Jue 11.39; Mt 1.25).
El ángel al decir, el niño será llamado Hijo de Dios, porque el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder de Dios se posará sobre ti; está manifestando que la divinidad de Cristo está determinada por su concepción.
Al negar esta palabra para atribuir la intervención humana a través de José, de hecho se niega la divinidad de Cristo, para convertirlo en un profeta más.
José, su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto.  Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del : Señor se le apareció en sueños y le dijo:  José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo.  Mt 1.19-20
Y no quería:  otra posible traducción: pero a la vez no quería.  José sabía lo que requería la ley mosaica (Dt 22.23-24), pero no quería sujetar a María al castigo correspondiente.  Denunciarla públicamente, o difamarla.
Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quién él quería mucho, dijo a su madre:  Mujer, ahí tienes a tu hijo.  Luego le dijo al discípulo:  Ahí tienes a tu madre.  Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa.  Jn 19.26-27
Sobre este discípulo, véase Jn 13.23 (nota).  Remite a introducción:  en ninguna parte se dice su nombre.  Desde el siglo II este discípulo ha sido identificado con el apóstol Juan, hijo de Zebedeo.
Ahí tienes a tu madre:  Con estas palabras, el discípulo a quién él quería mucho es adoptado como el que representará a Jesús en adelante.  Lo representará sobre todo como testigo (Cf. Jn 19.35).  su testamento permanece para siempre en la Iglesia a través del Evangelio (Cf Jn 21.22-24), y así Jesús mismo sigue presente.  En el estamos representados cada uno, todos los hijos de Dios.  Nos ofrece a María por Madre de todos los cristianos.
Mujer, ahí tienes a tu hijo:  Con estas palabras de Jesús, Dios consagra a María como Madre de toda la humanidad.   
El que niega o rechaza una sola letra, está negando “toda” la Palabra y trata a Dios de mentiroso, porque no cree en el testimonio que él ha dado de su Hijo (Jn 5.10).  Si alguno quita algo del mensaje profético escrito en este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa.  Ap 22.19  (ver Dt 4.2; 13.1).
Dios muestra su ira castigando desde el cielo a toda gente, que con su injusticia mantiene prisionera la verdad.  Lo que de Dios se puede conocer, ellos   lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado.  Por eso no tienen disculpa.  Al contrario, han terminando pensando puras tonterías, y su necia mente se ha quedado a oscuras (porque la soberbia sofocó al Espíritu Santo).  Decían que eran sabios, pero se hicieron tontos.  Por eso, Dios los ha abandonado a los deseos que hay en ellos, ya que en lugar de la verdad de Dios, han buscado la mentira.  Rom 1.18-22, 24-25 (las omisiones son para dar mas fuerza al mensaje).
En la realidad espiritual no puede existir un doble mensaje, porque es estar con Dios y con Satanás: 
-Esto muestra incoherencia:  Dicen conocer a Dios, pero con sus hechos los niegan, son odiosos, rebeldes, incapaces de ninguna obra buena.  Tit 1.16
-Nos convertimos en anticristos, o sea que trabajamos para la destrucción de la Iglesia:  Ustedes han oído que viene el anticristo; pues bien ahora han aparecido muchos anticristos.  Ellos salieron de entre nosotros; pero en realidad no eran de los nuestros, porque si lo hubieran sido se habrían quedado con nosotros (Jn 2.18-19).  El que no estás a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama.  Lc 11.23
Textos tomados de la Biblia de Estudio Dios Habla Hoy, Sociedades Bíblicas Unidas.
Esperando su contestación, lo saludo afectuosamente, por, con y en María, para la mayor gloria de Dios.
Entregado en mano el día de la Virgen del Pilar del 2004

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