Al aceptar de hecho (por acción u omisión) como verdad la mentira de nuestros dirigentes la Nación Argentina se hace solidariamente responsable y junto con ellos es condenada por Dios: Ustedes tienen por padre al demonio y quieren cumplir los deseos de su padre. Desde el comienzo el no tiene nada que ver con la verdad. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira. Jn 8.44
Por medio de Satanás Dios permite toda clase de engaños perversos, a los que se pierden por no haber amado la verdad que los podía salvar. Por eso, Dios les envía un poder engañoso que les hace creer en la mentira a todos los que se negaron a creer en la verdad y se complacieron en el mal. 2Tes 2.10, 12
Como no se preocuparon por reconocer a Dios, él los ha abandonado a sus perversos pensamientos, para que hagan lo que no deben. Están llenos de toda clase de injusticia, corrupción, avaricia y maldad. Son envidiosos, asesinos, pendencieros, engañadores, perversos y chismosos. Hablan mal de los demás, son enemigos de Dios, insolentes, vanidosos y orgullosos; inventan maldades, desobedecen a sus padres, no quieren entender, no cumplen su palabra, no sienten cariño por nadie, no sienten compasión. Saben muy bien que Dios ha decretado que quienes hacen estas cosas merecen la muerte; y, sin embargo, las siguen haciendo, y hasta ven con gusto que otros las hagan. Rom 1.28-32
Al participar de la filiación divina por Jesús (La Verdad Jn 14.6), participamos como gajos de una naranja, de la única verdad que es Dios, y que quiso manifestar en la Persona de Jesús.
Cuando como gajos separados de él, caemos en una visión personal, que es limitada, subjetiva y tendenciosa, esta generada por el orgullo y para cumplir objetivos opuestos a ella, al amor.
Jesús al ser la verdad, es su garante, para lo cual es indispensable permanecer unidos a él como los sarmientos a la vid.
El Señor nos dice: Como una mujer traiciona a su marido, así me han traicionado ustedes. Que aparte de su rostro sus prostituciones y sus adulterios, sino la desnudaré como el día que nació, haré de ella un desierto, la convertiré en tierra árida y la haré morir de sed. No reconoció que era yo el que le daba el trigo (y el ganado), por eso le retiraré mi trigo (y ganado). Haré cesar toda su alegría. Le pediré cuenta por los días de los Baales, a los que ella quemaba incienso, olvidándose de mí. Jr 3.20; Os 2.4-5, 10, 13, 15
El Señor tiene un pleito con los habitantes del país: ya no hay fidelidad, ni amor, ni conocimiento de Dios en el país. Solo perjurio y engaño, asesinato y robo, adulterio y extorsión y los crímenes sangrientos se suceden uno tras otro. Por eso, el país está de duelo y languidecen todos sus habitantes; hasta los animales del campo. Os 4.1-3
Entronizaron reyes (=presidentes) pero sin contar conmigo (=mis mandamientos y preceptos), designaron príncipes (=gobernadores e intendentes), pero sin mi aprobación (: con toda clase de mentiras, engaños y fraudes). Os 8.4
Yo me iré, regresaré a mi lugar, hasta que ellos se reconozcan culpables y busquen mi rostro: en su angustia me buscarán ardientemente. Os 5.15
Dirán: Vengan volvamos al Señor él nos ha desgarrado pero nos sanará, ha golpeado pero vendará nuestras heridas. Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará y viviremos en su presencia. Os 6.1-2
Así como la virgen María fue preservada del pecado original desde el seno materno, para hacer del suyo un santuario santísimo y purísimo, digno de recibir la divinidad de Jesús, salvando las distancias, de la misma manera, nosotros pecadores, para que Dios pueda hacernos instrumentos dignos a sus designios providenciales, con mucha mas razón aún debe purificarnos.
Además, según el proyecto de Dios sobre la humanidad y en la cual la Argentina es su piedra fundamental, esta es la primera de las naciones en la que se manifestará la Divina Justicia, para que también lo sea su Divina Misericordia.
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